Los países de la AIF están sujetos a una serie de crisis y emergencias que pueden minar sus esfuerzos de desarrollo económico y social, entre ellas crisis económicas como las de los alimentos, los combustibles y financieras, y desastres naturales, como sequías, terremotos, inundaciones, maremotos y tormentas.
Estas naciones carecen de capacidad suficiente para abordar los efectos de situaciones como las mencionadas, dada su escasez de recursos, falta de infraestructura, limitada diversificación económica, vulnerabilidades económicas, pobreza generalizada y, a menudo, redes de protección social formales muy poco estructuradas. Los efectos de desarrollo a largo plazo de las crisis a menudo incluyen un menor crecimiento, la destrucción de infraestructura, y la disminución de los ingresos públicos y los recursos destinados a gastos de desarrollo esenciales.
La AIF ha tenido una participación de larga data en varios aspectos de la respuesta a las crisis, incluido el suministro de apoyo financiero. Las ventajas comparativas clave de la AIF a la hora de responder a las crisis se basan en su capacidad de vincular la mitigación a corto plazo con objetivos de desarrollo de largo plazo, su habilidad para trabajar estrechamente y en conjunto con otras organizaciones -principalmente las Naciones Unidas (ONU) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- y la posibilidad de recurrir al trabajo analítico previo y la cartera de proyectos en ejecución.
Las políticas y procedimientos del Banco para reaccionar a las crisis y emergencias han evolucionado a lo largo de los años para mejorar la flexibilidad, velocidad y eficacia. En 2007 se revisó el marco de políticas de respuestas urgentes para permitir una preparación y aprobación más rápida de proyectos de emergencia. Con la adopción del Mecanismo de Respuesta a las Crisis (CRW, por sus siglas en inglés) en la AIF-16, se complementó el marco de financiamiento de emergencia con la adopción de un mecanismo de financiamiento exclusivo. Estos y otros esfuerzos han mejorado significativamente la capacidad de respuesta de la AIF a las emergencias. Para mejorar la capacidad de la AIF de reaccionar inmediatamente después de una crisis o emergencia, en 2011 se creó el Mecanismo de Respuesta Rápida (IRM, por sus siglas en inglés), que permite a los países participantes miembros de la AIF obtener acceso urgente a una parte de los saldos sin desembolsar de su cartera de proyectos AIF en caso de una situación de crisis o emergencia que cumpla los requisitos y, por lo tanto, acortar el tiempo de reacción de la institución, mientras se alienta a los países a prevenir proactivamente y prepararse para responder a las crisis de una manera veloz y eficaz.